El gran conejo portugués mandatario dictadorial del Partido Sin Democracia (PSD) con zanahoria en mano alegó públicamente que los portugueses no tienen que ser tan “mariconcitos-llorones” y tienen que vender la patria al mejor postor sin quejarse. “¡Que tanto ni que tanto! Con tanto lloriqueo ya no puedo vender el país tranquilo, como corresponde a cualquier gobernante que se precie. ¡Malditos, llorones!”
“La fauna política comprada abiertamente por los intereses financieros corporativos llevará a la bancarrota al país como debe ser: con rápida pobreza, esclavitud eterna de la población y siempre al servicio de vasallaje de la corrupción republicana.”
“Yo el Gran Maestro Conejo y mi valiente amigo Brigitte haremos añicos al futuro de la nación, viva la esclavitud, malditos llorones” Haremos de Portugal un ejemplo global de sumisión.
“Y como ahora se querían divertir - para entretenerme un poco - aboliré el feriadito del carnaval, porque aquí todo el año es carnaval! Vagos quejosos! Vayan a producir miseria para exportar!” – decía mientras levantaba amenazante una zanahoria.
A lo lejos pasaba un vendedor ambulante que gritaba: “Pastelitos! Compren pastelito'barato, muchachos!”
Así pasa la vida en la península del Conejo. Que se salve quien pueda.
Buenas noches y cuidado con las zanahorias.