En Tango desde Portugal, desde hace tiempo seguimos de cerca los pasos musicales de la actriz que se ha aquerenciado tanto por el tango, patrimonio de la humanidad de algunos, que ahora no vacila y le da a la tecla con coraje.
Nos dijo: “Después de tocar 78 variaciones sobre Gallo ciego, he decidido dejar la guitarra para poder acercarme al piano.
Luego de oír Taquito militar por el maestro Mariano Mores no pude resistirme a la efervescencia milonguera del piano. Siempre me gustó mucho, pero con tantas teclas no sabía por dónde empezar. Estaba en Argentina, e inmediatamente a seguir a un atracón con mollejas no lo pude posponer más; empecé las clases con el Prof. Fito y hoy ya toco perfectamente Don Juan, de tal manera que lo hice llorar de emoción a Brad en estos últimos días.
“Por un momento el clavicordio me llamó la atención, pero al oír La última curda por Gustav Leonhardt no quedé muy convencida de que era eso lo que quería.”
“De vuelta a casa sigo estudiando como autodidacta y todavía no encontré la posición adecuada pero brevemente tendré al Prof. Sokolov para disipar estas dudas de principiante.
Dejamos a la alegre Angelina "en la búsqueda de la posición correcta" y, mientras nos íbamos, se escuchaban con osadas armonías los primeros compases de Mimi Pinzón y al fondo en la penumbra Brad, con los ojos lacrimosos, cantaba “Un año más, un día más que voy perdido en la neblina…”
Buen descanso.
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