De nuestro corresponsal Eustaquio Quiroga recibimos esta noticia propiciada por el Jornal del Hundimiento Nacional de Utah, estado que por alguna razón me recuerda a una antigua profesora.
La agitada vida de la “Pazpremiada Obama” no deja de sorprender. Caramelitos para los pibes, mascaritas y calabazas talladas son la cara despreocupada de quien ha ordenado democráticamente unos cuantos bombardeos en el mundo y ve crecer la pobreza a paso redoblado en una substancial porción del planeta.
Responsabilidad para la fiesta y para la guerra. “En un día como hoy hay que saber elegir bien los zapallos” – dijo el Nobel de la paz mientras se guardaba un Rén mín bi en el bolsillo izquierdo que le regaló Hu Jintao en señal de amistad fraterna.
Esta fiestita originada en un antiguo ritual druida es la excusa perfecta para una intervención mediática internacional que nos enseña que podemos mandar desatar guerras por doquier, decorar la casa con zapallos y después repartir con una sonrisa una pastillas Renomé para relajarnos. Así da gusto ver un poco de sangre derramada…
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