miércoles, 9 de junio de 2010

Volviendo a la rosa

Nadie en las noches de Lusitania responde del porque de la supuesta relación del tango con las rosas o de las rosas con el tango.

Así perplejo en esta noche lluviosa me refugio en esta pregunta y con el calor investigativo me voy al mataburros, a ver si encuentro un indicio de tamaña relación.
De las trece acepciones de Rosa me quedo con la primera:
f. Flor del rosal, notable por su belleza, la suavidad de su fragancia y su color, generalmente encarnado poco subido. Con el cultivo se consigue aumentar el número de sus pétalos y dar variedad a sus colores. Suele llevar el mismo calificativo de la planta que la produce. Me gustó eso de la suavidad de su fragancia.
Así no pude resistir la tentación de consultar Flor: Brote de muchas plantas, formado por hojas de colores, del que se formará el fruto.
Esta definición me suscitó arrebatadoramente la búsqueda de Brote: Bot. Brote reproductor de las plantas fanerógamas, y, por ext., de muchas otras, que consta de hojas fértiles, los carpelos y estambres, y hojas no fértiles, acompañantes, que forman el perianto.

Hasta aquí del tango ni mú.

En unos minutos me di cuenta que podría seguir infinitamente por un camino laberíntico y demencial de definiciones y tiré el diccionario por la ventana.

Por hoy mi investigación ha terminado.

Amigos, en la Vuelta de Rocha les aseguro que nunca nadie del malevaje anda con una rosa, salvo que sea pa' la vieja.
Y si algún distraído se atreviese, los Notables de la Vuelta le harían conocer rápidamente el fondo de Riachuelo.
Son y serán tiempos difíciles.

Buenas noches.

Pta.:
En los últimos días compré 18 ramos de rosas pensando que acercando la oreja por ahí en alguna se oía unos compases de Cuesta abajo o La milonga de mis amores, pero nada. No lo recomiendo, me pinché unas 17 veces.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario