El
gobierno portugués ha decidido pensar en el bienestar de sus ciudadanos
determinando el número exacto de perros, gatos y lagartos pueden habitar en una
casa.
Cuando
un país tiene una deuda externa 204.844 millones de euros y tiene un producto
interno que puede servir para comprar
dos chupetines y un vaso de refrigerante todo buen gobernante sabe que llegó la
hora de limitar el número de gatos, perros y ácaros en cada casa.
La ley
es la ley y también hay que medirse con las pulgas y los piojos que cohabitan
en las casas y las cabezas de la ciudadanía.
Ya hay
nuevos cargos para la función pública y se está pensando en el Inspector
General de Ladillas y el Fiscal de Pordioseros que controlara que cada
desempleado que duerma en la calle no acumule más de 4 ladillas y dos pulgas en
el sector púbico. Siendo sujetos a una pena de dos meses de trabajos forzados
por cada ladilla o pulga que exceda el número límite previsto por la Ley.
Dos
gatos, cuatro ratas y hasta treinta moscas por habitación es el número máximo
establecido por un gobierno valiente que sabe que hay que hacer lo importante
en los momentos importantes. Y mientras cierran los centros de salud y
hospitales, se recortan los sueldos de los jubilados, se venden palacios y las
empresas del estado, en cuanto se
siembra el “miedo diario a la vida” a traves de los medios masivos de incomunicación ahí es que los Héroes de la Nación
actúan como se espera, gobernar un país es materia difícil para cualquier lobby,
pero cuando se cuenta con el coraje de gobernantes que luchan por su patria de
esta manera, vale todo.
Estamos
en Europa.
(En
este artículo no se hacen referencia a las cucarachas. Han quedado momentáneamente
fuera de la Ley.)
Buenas
noches,
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