sábado, 20 de agosto de 2011

¿Los aspiro-aristócratas de la música son asesinos espirituales del pueblo?


Hoy, en este humilde espacio transcribo algunos momentos de la conferencia “La mutilación del arte musical va de la mano de la educación artística, aunque a veces no” de Sebastián Lacossa de Urquiza, el polémico pensador de Barracas realizada hace poco, en una noche oscura en el “Clube Social del Sur del Sur”.

“Posiblemente buena parte de la música sea una clara manifestación fascista perpetrada por el trabajo conjunto de inescrupulosos profesores de música, de teóricos, de políticos, militares y de la clase dominante que realizan experiencias semejantes a las del Dr. J. Mengele o de Heinrich Himmler en el siglo pasado. Los malhechores ocultan su perversa intención de corromper tu espíritu exacerbando tu racismo con sonido” dijo el anticrítico Sebastián Lacossa de Urquiza en la primera parte de su exaltada conferencia.

“Este acto de control mental sumado al terrorismo musical de demoniacas orquestas sinfónicas, filarmónicas, y otros elementos propagadores de atrocidades, nos deja un futuro sin esperanza.”

“Al servicio del poder instalado, numerosos músicos y artistas han sido (y son) colaboracionistas de los rituales de los antiguos y de los actuales imperios.”

“La Elite utiliza al servicio del poder opresor las invocaciones musicales de estos trabajadores del sonido para acompañar las ceremonias de “nobles” patronos espirituales, la coronación de monarcas corruptos y asesinos, la pornográfica abertura de los programas de la mañana de televisión y el Holocausto nazi. “

“Melodías que aún perduran y se transmiten organizadamente de generación en degeneración y que llegan a tus niños, a tus animales y plantas, fueron creadas para el deleite de grandes opresores de masas. De vampiros que han bebido religiosamente la sangre del pueblo por los siglos de los siglos.”


“Con la clase media en el baile, donde una buena parte es aspirante a “aristócrata sin éxito efectivo” la Elite ha forjado un plan para mantener sus rituales seculares, divirtiéndose con esta clase social que a su vez se entretiene con la ilusión de adquirir a través de la cultura que le venden un status social “superior”.

“La idea de que una persona va a ser mejor que otra por practicar fagote, es una idea tan fatua como pensar que por ser médico un hombre es “un mejor ser humano”.
“En plena competición social muchos creen que sus hijos serán mejores que los otros por tocar la escala de re mayor, o piensan que con una versión de Islamei de Balakirev se distinguirán del pueblo: la masa esclava. Y es curioso que muchas personas que dicen tener un “pensamiento humanitario” sean esclavos de esta idea.”

“Para adiestrar a estos aspirantes está la enseñanza “superior” o “enseñanza ariana de la música”. Según Theodor A. Ornamento, es el medio ideal para propagar la organización sonora conveniente, por ejemplo, se declara que Liszt, es por definición de la reputada OIS (Organización Internacional de los Sonidos), un ser superior al resto de la humanidad.”

“La Elite ejerce un selecto control de calidad de la producción de la música que usa para sus intereses. Establece cuando suenan mejor las cosas, y por un convenio de frecuencias decreta que un determinado número de vibraciones es agradable o no.“

"Los aspirantes a sabios se hacen los lindos hablando de Krenek y diciéndote “Yo estudié en Julliard” emulan a un perro que orina para marcar territorio. Claro que siempre hay otro aspirante a sabiondo que quiere orinar sobre la frase proferida y le responde: “Julliard, ya no es lo que era, no?”


Para ejemplificar el punto de vista de la Elite Urquiza citó a una distinguida señora de la “Sociedad Apolínea de Ve-el-Grano” Helena Sasasasa, de la nobleza de Bella Vista que le aclaró su punto de vista: “La diferencia, dirán algunos, es que ahora Liszt es digerido por el pueblo, pero aún sin el entendimiento profundo que tiene la Gente Bien. La masa sucia escucha sin entender muy bien al Liszt de la telenovela como  natural resultado de su evolución, después de todo también los protozoarios evolucionan, ¿no te parece?”

Final

“Puede ser que silbar “Mi noche triste” no sea música para algunos hombres, pues la realidad es compleja y “la verdad” una utopía despiadada. Hay demasiado odio, la ambición nos descontrola y cuando aprendemos a despreciar al otro porque no escucha con devoción a Malher conocemos un infierno nuevo. Que nos ata con cadenas eternas a la destrucción de nuestra humanidad.”

Al final de su disertación Sebastián Lacossa de Urquiza remarcó: “Cuando vos pienses que debes educar a tu hijo pensando en mejorar su status social, ahí en “la mejor escuela para que haga sus contactos”, recordá que vivimos en la sociedad más despiadada y cruel que existe y si te permitieses “ver” que tu anhelo no es más que una bravuconada idiota que te acerca ilusoriamente a tus opresores tal vez haya esperanza.

También puede ser que en “Mi noche triste” o en una “Courante” cualquiera encontremos la fuerza liberadora que nos lleve a encontrarnos con nosotros mismos y a unir nuestras almas en una conciencia universal. La música está por ahí, yo particularmente, sin querer, le pisé la cola a mi gato Ernestino y me pareció musical; un grito expresivo en crescendo que me sacudió el alma y pese a la placentera sensación del grito no volví nunca a pisarlo, porque hay músicas que no valen la pena si dependen del dolor del otro. Los hombres soñando construimos ficciones sobre ficciones. Liberamos la realidad del tiempo, del espacio y del orden. Aprendemos a destruir la jaula cultural que nos ahoga y que nos hace viajar en esta blasfemia que llamamos vida.”

Cansado de tanta palabra Sebastián Urquiza se fue a dormir a la casa de su amigo Robustiano Zapata y nos dejó escuchando un poco de su Sinfonía nº 19, “Hoy no pago la luz”, con su conmovedor primer movimiento “Que la pague tu hermana” en Do menor.

Para terminar voy a recordar al cantor Julián Bascoy, de Barracas, que después de un asadito me dijo:

“Quiero que sepas que mis canciones son humildes, no sirven para derrumbar murallas, ni razones, pero cuando se sueltan en el viento, desaparecen liberadas a su destino. Van donde nadie las pueda encontrar jamás.
Los paraísos están poblados de canciones perdidas; sin voces que las canten adormecen entre los árboles, y a veces, cuando quieren, acurrucan tu conciencia en un sueño profundo. Sin miedo del acecho de lo salvaje vuelven para besarte y  furtivas te dejan una sonrisa.”

Buenas noches.