lunes, 8 de noviembre de 2010

Estadísticas del progreso o el progreso de las estadísticas

En cuanto escuchaba “A fuego lento” por el Quinteto Real y me hacia un bife, leía de ojito en la primera plana del diario sobre los desastres financieros locales y las escuálidas perspectivas de futuro. Para mi sorpresa en un cuadradito de la misma página, un titular de ostentosa pequeñez nos explicaba que según las estadísticas estamos mejor ahora que hace 40 años.

Fui enseguida al artículo, se trataba de un extenso relatorio del “Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo” los autores escriben que “sin lugar a dudas el mundo es hoy mucho mejor hoy que en 1990 o en 1970”. Por qué no mejor que en 1478? me pregunté.
Leí rápidamente las dos páginas ilustradas con bonitos gráficos, donde el optimismo matemático de los autores se contradecía con la totalidad de las noticias que el diario traía. Pero cuando las naciones están unidas, el desarrollo es así y cuando hay que desarrollar no hay más remedio que evolucionar hasta mutar para mejor. Y en el papel, siempre que no sea higiénico, todo mejora.
Comer un bife en estas circunstancias es siempre complicado pues el número de preguntas y de respuestas simultáneas que me asaltaron complicaron la ingesta transformándola en un acto de irreflexión estomacal y un posterior sacrilegio mental.
Ya el Quinteto Real había dejado de sonar.
Espero que el “Mejorómetro” de este programa de desarrollo funcione bien, pensé, y que hayan medido la mejoría del planeta Tierra y no la de Disneylandia. Pues cuando alguien empieza a trabajar con números las cosas son siempre inexactas, cuantificar el costo del tomate puede ser fácil, si no hay hiperinflación o recesión, o tal vez medir la altura de una pulga sea aún más fácil. Pero medir el nivel de educación de una población no se puede hacer con esta ingenuidad matemática. Y esto, dando por sentado que el suministro de esos números sea fidedigno y no falsificaciones para mejorar deliberadamente las propias estadísticas. Por suerte, sabemos hoy que nadie miente de tanto que han mejorado las cosas.

La gente después de leer estas estadísticas, podrá ser aún 150% más feliz. Algunos hasta podrán sonreír más en un 15%, viendo como el noticiero nos enseña diariamente a vivir con menos y a aceptar esta realidad como la única posible.
El medio bife se enfriaba mientras leía que los autores, con la amabilidad mejorada en un 75%, nos indicaban también cuales eran los seis países más felices de la Tierra.
Con este resultado los 129 países restantes serian menos felices o por lo menos no tan felices que esos seis. Esto podrá ser un motivo de tristeza, o quizás es mejor decir de menos alegría. Si no podría bajar más el nivel de desarrollo global de felicidad, por eso los autores recomiendan no entristecerse demasiado, pues como consecuencia traería un nuevo déficit de felicidad. Malo para la humanidad y principalmente para la estadística de este programa de desarrollo.

"Tanta exactitud solo puede llevarnos a la destrucción", dijo mi amigo “el chueco” Ortiz, que miraba el noticiero mientras se comía el resto de mi bife, "y esa será nuestra salvación", agregó. "Quedate tranquilo, en el fin de los tiempos no habrá estadísticas y el silencio se habrá comido a los números", remató.
Yo puse otra vez “A fuego lento” y me distraje en un 7,5% con una galletita y un café.



Buenas noches.









No hay comentarios.:

Publicar un comentario