martes, 6 de julio de 2010

En cuanto espero la destrucción del universo...


Cuando hace calor en Portugal, si no estamos cerca del mar, nos derretimos.
Y hoy, HACE CALOR.
En estos tiempos de crisis de crisis de crisis, el calor calienta que ni les cuento; se derriten las chapas de los techos, y hasta se le deshidrató el canario a mi vecino.
Por un momento deseo pertenecer fauna abisopelágica, que me asusta un poco, porque está todo muy oscuro, pero por lo menos está fresquito.
Y con el calor se me ocurrió ver que hacen los Dj de tango. El primero que vi era el sugestivo Dj Tango, que así se autodenominaba un tipo que apelaba a "La cumparsita", solo oí 10 compases. Les aseguro que   después de los primeros 10 compases se inicia un proceso irreversible de "involución" y pasan a vivir a nivel protozoario.
Escuchen 10 compases nomás, sino después les tenemos que desinfectar las orejas con un lanzallamas.


La cruel cuestión es: no estaré publicitando esto?
Muestro esto como un alerta, como una ilustración de un Manual sobre de Enfermedades Mortales Incurables.

La desolación llegó cuando vi que todo era lo mismo. Dentro y fuera del tango hay miles de tipos como este por el mundo. Estamos rodeados.
Para esta "gente" el trabajo se resume a poner un ritmo hipnótico a cualquier música. Música sin un rasgo de humanidad.  Secuencias mecánicas repetidas. Sin imaginación, sin pensamientos. Sonidos muertos insertados en cadáveres amputados de músicas.
Un taladro en una obra en construcción es una Sinfonia de Beethoven al lado de estos tipos.

Vean esto sobre una canción patria argentina, Aurora:



Estoy seguro que la muerte y el infierno tienen algo de esto... (y este maldito calor tendrá algo que ver?)

En cuanto espero calmamente la destrucción del universo me voy a escuchar un poco de Malher.
Buenas noches y cuídense.


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